jueves, 8 de diciembre de 2011

EN CASA MANDO YO, FIESTA DE DISFRACES, IMITACIÓN Y OJALÁ

Un amigo va de visita a casa de otro y le dice:
-¡Qué pena! ¡No puedo creer que no tengas los cojones para mandar en tu casa!
-¡Y qué le vamos a hacer! -responde el aludido.
-Pues mira -dice el primero-, en mi casa mando yo. Cuando digo "tengo hambre", me dan de comer; y cuando digo "quiero agua caliente", me traen agua de inmediato.
-¿Y para qué quieres el agua caliente?
-¡Pero, bueno! ¡No me digas que lavas los platos con agua fría!

A un matrimonio le invitan a una fiesta de disfraces, pero a la mujer le entra un terrible dolor de cabeza y le dice al marido que vaya solo.
En principio él se niega porque quiere quedarse a cuidarla, pero ella le dice que va a tomar una aspirina y se va a meter en la cama, por lo que no hay necesidad de que se pierda la fiesta. Así pues, el marido se pone su disfraz y sale.
Después de haber dormido una hora, la mujer se despierta totalmente recuperada y sin dolor de cabeza. Como aún es temprano, decide aparecer en la fiesta y, aprovechando que su marido no sabe cuál es su disfraz, podrá observar cómo actúa cuando ella no está.
Al llegar a la fiesta, ve a su marido bailando en la pista y coqueteando con cada chica que se le pone delante. 
La mujer, divertida, se le acerca y, cuando empieza a seducirlo, el marido deja a la joven con la que estaba y se dedica de lleno a la recién llegada. 
Ella le permite acercarse todo lo que quiere y cuando él le susurra una proposición al oído, ella acepta.
Salen del local, entran en el coche del marido y mantienen una relación sexual en todas las posturas imaginables. Cuando están a punto de dar la medianoche, momento en el que deben quitarse las máscaras, ella se escabulle, vuelve a su casa, se quita el disfraz y se mete en la cama preguntándose qué le contará su marido de la fiesta.
Cuando él entra, la encuentra en la cama leyendo.

-¿Cómo te ha ido? -pregunta la mujer.
-Bueno, lo de siempre. Ya sabes que no lo paso bien cuando no estoy contigo.
-¿Has bailado mucho? -quiere saber ella.
-Ni una sola pieza. Al llegar me encontré con Pedro, Juan y otros, así que nos fuimos al sótano y nos pusimos a jugar al póquer. Y como estaba muy incómodo con el disfraz, se lo presté a uno que había llegado a la fiesta sin disfrazarse.

Dos amigas que no se ven desde hace mucho tiempo se encuentran en un centro comercial y una de ellas le dice a la otra:
-Aquí mismo nos tomamos ahora un café.
Ya sentadas, mientras comentan sus vidas, una de ellas dice:
-Carmen, por favor, dile a tu hijo que deje de imitarme.
-¡Hijo! ¡Deja de hacer el idiota!

Dos gitanos están jugando al ajedrez y uno le dice al otro:
-Jaque mate con el caballo.
A lo que el otro responde:
-Já que te mate tú con la moto.










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