martes, 20 de diciembre de 2011

ISLA DESIERTA, REMORDIMIENTO, CELOS, LUTO Y DESEO REALIZADO

Un pobre naúfrago en una isla desierta con seis mujeres... Seis mujeres que tienen ciertas exigencias; cada una de ellas tiene reservada una noche a la semana, y, claro, el pobre naúfrago, alimentado sólo de plátanos y cacahuetes está que no puede más...
Un día, sin embargo, vé a lo lejos una forma humana que se acerca, agarrada a un madero.
-¡Menos mal! -grita loco de contento-. ¡Por fin llegan refuerzos! -Exclama alborozado al ver que se trata de un fornido y joven muchacho.
El joven que además resulta ser muy bien parecido y atractivo le dice al ser rescatado:
-¡Oh, qué amable ha sido al venir hasta aquí! -Y con gesto amanerado continúa-. ¡No te canses, guapetón!
-¡Rayos! -gruñe el naúfrago al darse cuenta de la situación-. ¡Ahora ni el domingo podré descansar!

-Cuando conocí a mi mujer, la quería tanto que me la hubiese comido...
-¿Y ahora?
-¡Ahora siento no haberlo hecho!

Dentro de un coche parado en un callejón, una pareja conjuga el verbo amar en todos sus tiempos. Llega un individuo que se pone a golpear el cristal de una de las puertas. El hombre que está dentro, ante esto, baja el cristal y pregunta enfadado al aguafiestas:
-¿Qué quiere? ¡Este no es su coche!
-No... ¡Pero esta es mi mujer!

Un señor mayor, vestido de luto, pide en una farmacia:
-¿Tiene preservativos de color negro?
-No, señor, -contesta el boticario-, ese artículo existe en varios colores, pero en negro no.
-Entonces, ¿cómo voy a hacer? He perdido a mi mujer y le prometí en su lecho de muerte que siempre llevaría luto por ella.

Una joven explicaba a todos los señores que encontraba que estaría dispuesta a todo con tal de tener un abrigo de visón. Y un día, al cabo de los años, consiguió el abrigo de pieles tan deseado. Sólo que ya no se lo podía abrochar.








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