domingo, 16 de octubre de 2011

LA VENGANZA DEL OSO, INFLACIÓN Y "UNA PROMESA ES UNA PROMESA"

Pablo estaba emocionado con su nuevo rifle, así que se fue a cazar osos. Se encontró con un pequeño oso de color marrón y le disparó, pero desgraciadamente erró el tiro. Entonces notó un golpecito sobre su hombro y se dio la vuelta para ver un gran oso negro, que le dijo:

-Tienes dos opciones: o te golpeo hasta la muerte o nos entendemos con sexo.

Pablo decidió agacharse y fue dolorosamente sodomizado por el oso. Aunque el dolor le duró dos semanas, rápidamente se recuperó y juró venganza.
Así que salió a buscar al oso negro, y cuando lo encontró le disparó; lamentablemente de nuevo volvió a fallar. Entonces notó otro golpecito en el hombro. Esta vez un enorme oso gris estaba a su derecha. Era más grande que el oso negro y le dijo:

-Esto te va a doler más a ti que a mi, pero tienes dos opciones: o te golpeo hasta la muerte o nos entendemos con sexo.

Y Pablo decidió que era mejor terminar de perder su dignidad definitivamente que perder su vida. Aunque sobrevivió, pasaron varios meses hasta que logró recuperarse. Ultrajado, se dirigió de nuevo al bosque con una sola meta: ¡¡VENGANZA!!
Logró encontrar la pista del oso gris, lo encontró y le disparó, con la mala fortuna que de nuevo volvió a fallar el tiro. Fue entonces cuando notó un golpecito en el hombro, se dio la vuelta y vio un gigantesco oso polar, que mirándole fijamente le dijo:

-¡Admítelo, Pablo, tú no vienes aquí a cazar!

¡¡¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja!!!

Un amigo le dice a otro:
-Oye, ¿sabes que han subido las pensiones?
-¡Bah!, yo me lo hago con mi novia en el coche.

¡¡¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja!!!

Un joven que estaba con su novia en el coche le ruega por los que más quiera que se deje hacer el amor, pero la chica no accede. Finalmente el joven le dice:

-Anda, mujer, que solo te voy a meter la mitad.
La mujer acepta, pero le advierte:
-Bueno, pero solo la mitad. ¡Prométemelo!.

El joven acepta y se lanza sobre ella desesperado e introduce todo lo que tiene. La chica, al sentir la embestida, goza tremendamente y le dice a su novio:
-¡Métemela toda!.

El novio, algo avergonzado y tratando de salvar su orgullo, le dice:
-¡Ah, no! Una promesa es una promesa.



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