Un expresidiario, después de pasar cinco años en la cárcel, vuelve a su casa. Con sorpresa, se encuentra a su mujer con un bonito bebé de 18 meses. Primero monta en cólera y abruma a su mujer con una serie de amenazas e improperios; más tarde un poco más calmado recapacita y comprende la situación de su pobre esposa sola durante tantos años, entonces le pregunta:
-¡Está bien, dime quién es el padre! ¿Es mi amigo Alfonso?
-No, no es tu amigo Alfonso.
-Entonces, ¿es mi amigo Eduardo?
-No, tampoco es tu amigo Eduardo.
-¡Ah! Entonces no puede ser otro que mi amigo Antonio.
-No, no es de tu amigo Antonio tampoco. Pero, -gime la infiel- después de todo ¡yo también tengo derecho a tener mis amigos!
¡¡¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja!!!
Un buen hombre, pasea por la calle cuando se encuentra con su médico de familia, entonces le interpela:
-Usted me dijo, que mi mujer dejaría de ser estéril si ella pasaba un mes en un país exótico. Hemos estado tres semanas de vacaciones en Playa Bábaro, y ¡sigue como antes!
-¡Ah, bien! ¡Claro! -responde el médico-. ¿¡Si usted la acompañaba!?
¡¡¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja!!!
Una bella joven, va a confesarse y le dice al sacerdote:
-Señor cura... -murmura evidentemente avergonzada- he pecado. Ayer por la noche estuve con mi novio en un terreno abandonado y... él me tomó por delante y... luego me tomó también por detrás, señor cura.
-¿Cuántas veces, hija mía?
-Una sola, padre. -Responde visiblemente incómoda.
-¡Rezarás dos Padrenuestros y dos Avemarías!
Entonces, la penitente dice tras algunos segundos de duda:
-Padre, ejemmmm... ¿Si rezo cuatro Padrenuestros y cuatro Avemarías, podría volver a hacerlo esta noche?
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