martes, 29 de enero de 2013

Marathon VIII

-Disculpe, ¿sabe lo que es una pinacoteca?
-Claro, una discoteca para pinos.
-Pues yo quise conquistar a mi novio por el estómago, pero él me pidió que empezara un poco más abajo.
-¡Toc! ¡Toc! ¿Le podría hacer unas preguntas?
-Si, hágalas con toda confianza, pero no espere que se las responda.
-Mi novia tiene el cabello muy sedoso.
-¡Que maravilla! será muy suave ¿no?
-Si, lo malo son los gusanos.
-Yo para hacer una "Mili" rápida me metí al Ejército del aire.
-Pues yo prefiero ser un borracho conocido, que un alcohólico anónimo.
-¿¡Me ha llamado usted imbécil!?
-¡No, le he dicho gilipollas!
-¡Ah, bueno!
-¿De verdad quieres llegar hasta mi corazón?
-Si, mi reina.
-¿Y no te parece que sigues un camino largo para llegar a él al empezar entre mis piernas?
-No sé si alegrarme o deprimirme...
-¿Por qué?
-Porque el doctor me dijo que me quedaba muy poco tiempo de sufrimiento.
-¡Toc! ¡Toc! ¿Le gustan los libros?
-Sí, pero sólo cuando me los prestan.
-Pues yo empecé a beber por imitación.
-¡Que casualidad! Y yo por invitación.
-Pues yo tengo un hígado de hierro.
-¿Es que bebes licor de espinacas?
-Pues yo bebo para olvidar que soy alcohólico.
-¿Tu que haces para que no se te note el aliento?
-Hablo con la boca cerrada.
Un borracho le dice a otro:
-Esta puerta no se abre.
-Es que es la tapa de la cloaca.
-Disculpe, -pregunta un hombre muy nervioso a un transeúnte- ¿qué tengo que hacer para llegar pronto al hospital?
-Dejarse atropellar por un coche, por ejemplo...
-He llegado a lo peor. Ayer me bebí un frasco de colonia.
-Eso no es nada. Yo ayer bebí agua.
Entra un borracho en una comisaría:
-¿Podría ver al que robó en mi casa ayer?
-¿Y para que lo quiere ver?
-Para saber cómo entró sin despertar a mi mujer.
Va un borracho en moto y choca con una señal de tráfico. Entonces llega el policía y le pregunta:
-¿Señor, no vio la flecha?
El borracho responde:
-¡¡Ni al indio que me la tiró!!
-Yo puedo dejar la bebida cuando quiera, lo que pasa es que ella no me quiere abandonar.
-¿Has tenido alguna vez un delirium tremens?
-No, sigo llevando el mismo coche de siempre.
-¿Se me nota que estoy borracho?
-Sólo por la vomitada.
-A mi el alcohol no se me nota, ¿vale?
-Vale, pero deja de contármelo a mí, que soy una farola.
Hay un borracho frente a la playa y grita desesperadamente:
-¡Una ballena, una ballena!
Todas las personas salen de la playa, luego, cuando viene el salvavidas pregunta:
-¿Donde, dónde está la ballena?
Y el borracho le dice:
-No chico, es que se me cayeron dos botellas de ron, ¡y una va llena!
-Pues cuando estaba en la cárcel bebía para evadirme, y nada.
-¿Y a ti el alcohol no te hace ver visiones?
-Bueno, cuando bebo veo a mi mujer hermosa. Si es que a eso te refieres.
El marido llega a casa con una copa de más, y a la esposa no le hace mucha gracia:
-¿Qué es esto de llegar medio borracho?
-No es culpa mía, se me acabó el dinero en la mitad de la juerga.
El médico le dice a su paciente:
-El alcohol mata lentamente.
A lo que el enfermo le responde:
-No importa, yo no tengo ninguna prisa por morirme.
-Me he propuesto dejar de beber. Pero me he rechazado la propuesta.
-Siento que la lengua se me traba.
-¡Pues sácala de la botella!
-Pues mi mujer se volvió alcohólica.
-¿Bebía mucho?
-No, la contagié con mi aliento.



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