lunes, 14 de noviembre de 2011

REFLEJOS CONDICIONADOS, ENCUESTA, CALIGRAFÍA Y PARTOS.

Un representante de comercio que pasa sólo un día a la semana en el domicilio conyugal, está acostado al lado de su mujer, cuando ella se pone a gritar en sueños:
-¡Llaman a la puerta! ¡Es mi marido!
Totalmente adormilado, el marido se levanta maquinalmente diciendo:
-No te preocupes, ya me escondo en el armario.
Un encuestador de una empresa de sondeo, pregunta al hombre que la he abierto la puerta:
-Según usted, ¿cuantos maridos engañados hay en su ciudad?, sin contarse usted, claro.
-¿Cómo? -Se indigna el otro con la cara enrojecida.

-Perdóneme, le he ofendido sin querer -responde el encuestador-. Repito mi pregunta: Según usted, ¿cuantos maridos engañados hay en su ciudad? Contándose usted, claro.
Dos rusos se encuentran y uno le dice al otro:
-¡Tu hijo Boris es un cerdo sinvergüenza!
-¿Por qué dices eso camarada?
-Ha escrito el nombre de mi hija Natacha en la nieve.

-¿Y qué mal ha hecho? -Pregunta el amigo sin comprender.
-¡Lo ha escrito meando!
-¡Inocente juego de adolescentes! ¡Nada más!

Y el padre de Natacha contesta rojo de cólera:
-¡No camarada! ¡La caligrafía es la de mi hija!
Una mujer en el momento de dar a luz y sintiéndose presa de unos terribles dolores grita hasta partir el alma. Cerca de ella, su marido se desconsuela y le dice:
-¡Pobre amor mío! ¡Pensar que es mía la culpa de todo ese dolor!

Entonces entre espantosos dolores ella le tranquiliza:
-¡Oh no, cariño! ¡No es por culpa tuya!






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