Un joven piloto, miembro de un aero-club, conduce su automóvil hacia el campo de vuelo. De repente se le termina la gasolina. un campesino pasa con su carro.
-Sube hijo. Tal vez lleguemos a tiempo.
Llegan a tiempo para tomar el relevo.
-¿Quiere dar una vuelta en el avión conmigo, abuelo?
-Porqué no. Me gustaría volar antes de cascarla.
-¿No tiene miedo?
-¿Por quién me tomas? ¡Yo no tengo miedo a nada, hijo!
El joven piloto se ríe interiormente. Especialista en acrobacias, no encuentra placer sino en las volteretas y giros.
Ata firmemente al viejo. Durante su hora de vuelo, la mayor parte del tiempo vuelan cabeza abajo.
El avión aterriza. Se detiene en los hangares. Motor parado. Silencio.
-Bien ¿Y que me dice, abuelo?
El hombre parece no encontrar las palabras, por fin dice:
-Durante la guerra del 14, frente a los alemanes, me cagué muchas veces en los pantalones. ¡Pero te juro que es la primera vez que me llega al cuello!
El Sr. Martín acude a su médico un tanto inquieto:
-Y bien, -dice el galeno- ¿qué es lo que ocurre?
-¡Espere doctor, va usted a verlo!
Se desnuda y cuando queda sin ninguna ropa encima, le muestra al médico los testículos.
-No veo nada anormal. -Dice el doctor.
-¿Qué? ¡Pero doctor! ¿No ve Vd. acaso que uno baja más que el otro?
-¿Pero bueno! ¡No hay nada extraño en esto! ¡Todo el mundo es así!
Entonces el Sr. Martín se vuelve a vestir y con despecho añade:
-¡De todas formas, así es antiestético!
Una bellísima joven rellena su ficha en un hotel donde se ha detenido a pasar la noche. Tras inscribir su fecha de nacimiento, lee:
-Sexo.
Y escribe:
-Rubia.
Los dos amantes están en la cama. Suena el teléfono y lo coge la mujer.
-¿Si...? si... si... está bien, adiós.
-¿Quién era? -pregunta el amante.
-Mi marido. Me avisa que vendrá tarde esta noche porque dice que tiene una partida de póker contigo.
-Sube hijo. Tal vez lleguemos a tiempo.
Llegan a tiempo para tomar el relevo.
-¿Quiere dar una vuelta en el avión conmigo, abuelo?
-Porqué no. Me gustaría volar antes de cascarla.
-¿No tiene miedo?
-¿Por quién me tomas? ¡Yo no tengo miedo a nada, hijo!
El joven piloto se ríe interiormente. Especialista en acrobacias, no encuentra placer sino en las volteretas y giros.
Ata firmemente al viejo. Durante su hora de vuelo, la mayor parte del tiempo vuelan cabeza abajo.
El avión aterriza. Se detiene en los hangares. Motor parado. Silencio.
-Bien ¿Y que me dice, abuelo?
El hombre parece no encontrar las palabras, por fin dice:
-Durante la guerra del 14, frente a los alemanes, me cagué muchas veces en los pantalones. ¡Pero te juro que es la primera vez que me llega al cuello!
-Y bien, -dice el galeno- ¿qué es lo que ocurre?
-¡Espere doctor, va usted a verlo!
Se desnuda y cuando queda sin ninguna ropa encima, le muestra al médico los testículos.
-No veo nada anormal. -Dice el doctor.
-¿Qué? ¡Pero doctor! ¿No ve Vd. acaso que uno baja más que el otro?
-¿Pero bueno! ¡No hay nada extraño en esto! ¡Todo el mundo es así!
Entonces el Sr. Martín se vuelve a vestir y con despecho añade:
-¡De todas formas, así es antiestético!
-Sexo.
Y escribe:
-Rubia.
-¿Si...? si... si... está bien, adiós.
-¿Quién era? -pregunta el amante.
-Mi marido. Me avisa que vendrá tarde esta noche porque dice que tiene una partida de póker contigo.
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